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El "gusanillo" de la Regularidad

 

 

Una de las formas más baratas de meterse de lleno en el mundillo del motor son las carreras de regularidad con clásicos.

 

A grandes rasgos, las carreras de regularidad consisten en recorrer una ruta fijada por la organización y que no se conoce hasta poco antes de la salida, pasar por unos controles cronometrados a una media de velocidad fija y penalizar un punto por cada segundo de adelanto o retraso.

 

En la práctica no es difícil si el libro de ruta está bien hecho. Imaginad un ejemplo: La salida es en el Km. 13,200 de una carretera, y la llegada en el 45,200. La media impuesta es de 49,9 Km/h. y por tanto hay que llegar 38 minutos y 29 segundos después de la salida. No es tan fácil como ir a toda leche y esperar antes de la llegada, hay controles intermedios y no se sabe donde están, así que siempre hay que ir en el tiempo justo. Y eso en algunas carreteras, no es nada fácil...

 

En realidad, lo mejor es tomárselo como una experiencia divertida, conocer a toda la gente agradable que hay en este mundillo y disfrutar como un enano, y eso fue lo que hicimos.

 

Para poder participar en una de estas carreras solo es necesario tener un coche de más de 25 años y ponerle muchas ganas. No es imprescindible tener experiencia, ni tener el coche preparado para carreras, ni instrumentos especiales. Solo saber conducir, tener el coche en regla y apuntarse.

 

 

Para estrenar el Spider escogimos la 1ª Berguedá Classic.

 

Como nosotros, los organizadores también eran novatos y pese a ser la primera carrera de este tipo organizada por Bartesport, hay que reconocer que salió a la perfección y desde luego repetiremos los próximos años.

 

A las 9 de la mañana del sábado comenzaron las verificaciones en el centro de Berga (Barcelona). Ya que estas carreras se celebran en carretera abierta y respetando las normas de tráfico, no es necesario estar federado y tan solo se exige tener el coche y el piloto (perdón, "concursante"...) en regla.

 

 

 

 

 

 

Cuando vimos el parque cerrado, o mejor dicho, las máquinas que había en el, ya empezamos a perder toda esperanzo. Audi Quattro, Ford Escort Mk 1 de Grupo A, 124 y 1430 preparados con todo tipo de focos, Alfas GTA, Minis de todo tipo, y una colección de Porsche 911 con todo tipo de sistemas de medición, cronómetro, paneles completos con doble ciclocomputador, dos cromómetros, un tripmaster...

 

Nosotros solo montábamos un velocímetro de bici, y casi por obligación. El Fiat marca en millas y se hace imposible tener una idea exacta de las distancias. Al final sirvió de poco ya que dejó de funcionar en el segundo tramo. Como tampoco sabíamos usar la tabla de tiempos, el cronómetro que habíamos comprado también fue del todo inútil. Menos mal que la copiloto demostró ser  una fiera y pese a todo ello nos perdimos pocas veces e incluso nos permitimos hacer un 5 en uno de los tramos, lo que nos sirvió para acabar en el puesto 29 de la clasificación de la mañana.

 

 

 

Como éramos novatos y además nos inscribimos ya casi fuera de plazo, nos tocó salir de los últimos, detrás de un 911 SC y seguidos por el 127 de Jaume y Laura, otros novatos como nosotros con los que no tardamos en entablar amistad ya que siempre nos encontrábamos cuando uno u otro se perdía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La carrera consistió en 325 Km. totales, entre tramos cronometrados y de enlace. Todas las carreteras eran secundarias y estrechas como pocas, incluso con algún tramo de tierra en el que la media de velocidad bajaba a 40 Km/h.

 

 

El que más me gustó fue el segundo tramo de la mañana, una preciosa subida por la cara norte de una montaña, con el asfalto roto y lleno de humedad. Si alguien piensa que para ir a 50 de media hay que ir despacio, le recomendaría probarlo...

 

 

 

Con la carretera en esas condiciones y la tracción trasera del 124, la diversión estaba asegura y creo que la mitad del tramo el coche iba más de lado que de frente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de comer en Cardona comenzamos la segunda parte, que incluía dos tramos cronometrados nocturnos en los que el cansancio acumulado durante el día ya comenzaba a notarse. Por si fuera poco, el Spider demostró su procedencia italiana dejándonos sin luces largas a mitad del primer tramo nocturno, y con las cortas se hacía muy difícil seguir el ritmo necesario. ¿La solución? Lo más lógico, tomar las cosas con calma y limitarse a llegar a la meta enteros. En ese momento entendimos porqué gran parte de los coches montaban antinieblas, cuneteros, faros de largo alcance...

Eso nos pasó factura y bajamos en la clasificación definitiva hasta el puesto 33, nada mal para ser la primera vez y sin instrumentos.

 

 

 

Al acabar la carrera se celebró la entrega de trofeos tras la cena de rigor. Por descontado no nos llevamos ninguno, pero sí una buena experiencia y las ganas de repetir, ¿Para cuando la siguiente?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  Identificación de versiones.

    Desde el 1.400 original hasta las últimas versiones de Pininfarina.

 

  Fiat Spider 2000 América

    Mi juguete favorito.

 

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   Un pequeño repaso para conocerlo a fondo.

 

 

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